Iturbide: La Puerta del Sur del Estado de Nuevo León, México.

 
 


Hable Inglés Como los Hablantes Nativos


¿No ha deseado hablar una lengua extranjera con soltura y sin esfuerzo? ¡Ahora podrá hacerlo! Con nuestro programa exclusivo de escucha, en sólo dos meses se unirá a los miles de personas que han aprendido un idioma mientras duermen.


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En la educación hay tantos pillos (y “pillus”) como en cualquier otra actividad humana, los que tratarán de aprovecharse de nuestra ignorancia (si nos proponemos aprender algo es porque no lo sabemos). Depende de nosotros el ser crédulos o no.


Algunas preguntas sobre el anuncio previo serían: hablante nativo del inglés ¿de qué país (Estados Unidos, Gran Bretaña, Sudáfrica, etc.) y de qué región o grupo social?; aprender a hablar en dos meses un idioma extranjero ¿para qué área: negocios, turismo, estudios, etc.?; específicamente qué es lo que aprendieron “esos miles de personas mientras dormían”: ¿a acostumbrarse al ritmo y entonación, a comprender lo que otros decían, a explicar a alguien un tema de cierta área del conocimiento humano, a leer textos de la prensa diaria y resumirlos en forma oral o a escribir recados, cuentos, ensayos, etc.?


Si por viejos que estemos apenas tenemos el conocimiento mínimo necesario de nuestra lengua materna, practicándola durante años mientras estamos despiertos ¿por qué esperar que sea diferente con las demás lenguas?. Al estudiar, ¡repasemos hasta dormidos lo que aprendemos!.


           Mismas Nueces, Diferentes Puños


        Si un niño tiene un puñado de nueces, probablemente se preguntará cómo quebrarlas para comerlas.      

        Si es un adulto, y el nogal es de su propiedad, la pregunta podría ser cómo obtener mejor provecho de la cosecha, o de la madera del árbol si éste da poca nuez o de mala calidad.

        De ser un anciano, podría limitarse a pensar en las historias vividas a la sombra del nogal, en quienes participaron en ellas, o en lo que ha sido de esas personas, etc.


Una vez que elegimos la meta, ya sea en nuestra lengua materna o en la segunda lengua ¿nos centraremos en la cantidad del material a aprender por sesión o en la calidad del aprendizaje en la misma?. A primera vista estos criterios pueden parecer excluyentes, pero es posible conciliarlos, p. ej. de entrada dar un vistazo a cierta cantidad del material que sabemos no podremos aprender de inmediato, sólo para empezar a familiarizarnos con el tema y pensar en cómo fragmentarlo, para luego poco a poco dominar mediante la práctica cada uno de esos trozos o segmentos. Al reintegrarlos, haciendo nuestro mejor esfuerzo, estaremos agregando nuevos elementos a lo ya conocido, como al seguir el trazo de una espiral.


Las probabilidades de que ocurra el olvido se pueden disminuir mediante el “sobreaprendizaje”, o repasos intermitentes después de “estar seguros” de que ya aprendimos el contenido estudiado. Se le ha llamado “ahorro” a la disminución de tiempo o esfuerzo requeridos para recuperar el material que se memoriza, o de la habilidad en proceso de adquisición, de un repaso a otro o de sesión a sesión de estudio. De cualquier modo, está comprobado que para mejorar la retención en el aprendizaje a largo plazo es más efectiva la práctica distribuida (por partes) que la masiva.


En la educación escolarizada o formal es frecuente que se hable de la conveniencia de organizar los contenidos a enseñar en base a la taxonomía, o jerarquización, propuesta por Benjamín Bloom para los objetivos del aprendizaje según su complejidad: que el aprendiz recuerde los datos, que los comprenda, los aplique, analice sus componentes, los evalúe y que con ellos cree algo diferente. Lo que no siempre se hace con el nivel de detalle con que se pretende, precisamente debido al nivel de análisis y evaluación requeridos por parte de quienes hacen la planeación curricular. Esto nos recuerda el viejo cuento del ciempiés y el caracol: Un ciempiés se desplazaba con gran facilidad y felicidad de un lugar a otro, hasta que a un malvado caracol se le ocurrió preguntarle cómo decidía el orden con que movía las patas.


Como autodidactas, por el momento nos será suficiente tener presente que no todos los elementos de la tarea tienen el mismo nivel de complejidad, y que si logramos primero el dominio de los elementos más simples, será menor el esfuerzo necesario para alcanzar el de los más complejos.

                                                   Enero de 2024

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La Puerta del Sur del Estado,

      Nuevo León, México

 

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