Aforismos

      “El escepticismo es el primer paso              hacia la verdad”.

       “Lo que nunca ha sido cuestionado nunca ha sido demostrado”.

        “Puede exigírseme que busque la verdad, pero no que la encuentre”.

                   de Pensamientos Filosóficos

               por Denis Diderot

Negocios por Otros Medios

La “espiritualidad”, el “humanismo” y hasta el humanitarismo dominantes en la actualidad por esta región norteña son del más puro estilo “alto clero” (príncipes de la iglesia) católico y sus socios empresariales.

Como parte de las luchas ocasionales por el poder entre las congregaciones religiosas que integran el Consejo Directivo de la Universidad de Monterrey, o UdeM, a finales del siglo pasado se hicieron del control institucional los Legionarios de Cristo para perpetuar su ideología neoliberal, nombraron Presidente del Consejo Directivo a Dionisio Garza Medina (hermano de Luis, el vicario de Marcial Maciel Degollado, y dueño de la U-ERRE) y Rector a Francisco Javier Azcúnaga Guerra. Este último al ocupar el puesto citó a junta a todo el personal de la UdeM y ofreció que no habría despidos masivos, pero poco después procedió a hacer limpia de directivos y empleados (perdón, colaboradores) en completa indefensión, y hasta miembros incómodos de otras congregaciones, mediante un programa de “reingeniería” de “Recursos Humanos” (úsese y tírese, pero con todo “respeto por la dignidad de la persona”), y en otros casos literalmente se mató al personal exigiéndole cada vez “más con menos”. 

De paso todo “colaborador” superviviente o contratado para reemplazar a los despedidos tuvo la obligación de firmar un “código de ética” (basado en el cuarto voto de esa congregación: obediencia destructiva, adoctrinamiento intenso, denuncia de rebeldes, etc.) o mordaza de autocensura para evitar el pensamiento crítico. El “código” sólo lo tuvieron en sus manos "los colaboradores" el tiempo suficiente para firmarlo, pues se les leyó un resumen y firmaron en grupos (¿personal universitario semianalfabeta?), sin recibir copia de lo firmado.

Desde entonces en la UdeM se ha dado por hecho que elitismo económico es sinónimo de “Humanismo Católico”, ( p. ej. las cuotas que se cobran al alumnado, integrado básicamente por “señoritas de nuestra mejor sociedad” en proceso de negociación de matrimonios estratégicos -MMC/Mientras Me Caso-, es problema del profesorado entretener al cliente mediante un adecuado espectáculo). La oferta educativa incluye la “Cátedra de Arte Sacro” , para esposas de notables del área metropolitana, cursos de “Doctrina Social de la Iglesia” ( o “Estudios Sociales” ) con valor curricular tanto en bachillerato como licenciaturas, y se censuran contenidos “subversivos” de algunos de los cursos (formación familiar católica con título profesional: diseñadora, psicóloga, educadora, comunicadora, etc.). Lo anterior lleva a que se sientan defraudados quienes realmente buscan una formación profesional, según certifican el título y cédula que reciben, y no un segundo bachillerato de cultura general que pueden obtener en otro lugar o en otro momento. Se pregona como "valor máximo” de la institución la “integridad”, y como lema o eslogan “El hombre sólo se realiza al servicio del hombre” .

Para los Legionarios todo pareció estar bajo control hasta que se les apareció Joseph Aloisius Ratzinger, o Benedicto XVI, y les interrumpió “la fiestecita”. Ahora no les queda más remedio que zopilotear mientras se define quién sucederá al Papa Francisco, pero ya no tendrán a “nuestro padre” como “santo fundador”. 

¿Y las otras congregaciones católicas y las jerarquías locales y nacionales? : ... Con estos bueyes hay que arar.

‘Tan el cabo p’al hacha.

Desgraciadamente hasta las instituciones educativas estatales locales tratan de imitar ese modelo elitista de oropeles, por lo menos en cuanto a ceremoniales, “certificaciones” de sus dependencias e integrantes (los Legionarios de Cristo están certificados por la consultora estadounidense “Praesidium” en materia de ambientes seguros), y su búsqueda de un lugar en el “ranking” o jerarquía universitaria nacional o internacional, obtenidos mediante el pago de cuotas u otorgados por sus respectivos clubes de amigos, desde luego diferentes en cada caso. No olvidemos que en estas organizaciones el gran negocio está en las cuotas que se cobran en postgrados, pero es mayor el de los donativos deducibles de impuestos de las empresas “benefactoras”.

¡Sería fantástico que algunas de esas escuelas o departamentos realmente estuvieran entre los mejores de su tipo en el país por los niveles de enseñanza e investigación!. Seguramente muchos regios, y otros mexicanos, nos sentiríamos orgullosos al enterarnos de los reconocimientos nacionales o internacionales logrados por los servicios extraordinarios a la comunidad, innovaciones teóricas, productos culturales notables o patentes de productos y tecnologías generadas gracias a la sabiduría de los integrantes de esos centros, aunque lo supiéramos por medios diferentes a sus inserciones pagadas en la prensa local o respectivas páginas en la red (¿imitaremos hasta el “espanglish” institucional?, en la UdeM ya no hay ceremonias de graduación para los estudiantes de profesional, ¡hay “commencements”!). 

                             < 4 ] [ 5 ] [ 6 >