Villa de San Pedro
de
Iturbide, N. L. México
Villa de San Pedro
de
Iturbide, N. L. México
"I Pick and Choose."
from " The ABC Murders"
by Agatha Christhie
Busco y elijo.
de Los Asesinatos A, B y C
por Agatha Christie
Acceso a Archivos
Schulamith C. Halevy reporta algunas de las experiencias que vivió en los archivos del noreste mexicano al realizar su investigación sobre los sefarditas de la región. Su conclusión es que en Monterrey los jefes de archivo tienen la encomienda de impedirles el acceso tanto a individuos particulares como a investigadores profesionales, experiencia que también le comentaron haber tenido otros académicos extranjeros, pues se les niega u oculta material que saben por otras fuentes que está allí y dónde está, lo que no les sucede en otros archivos, como en Coahuila, Zacatecas o los Archivos de la Nación en la Ciudad de México (p. 15).
En sus viajes por el noreste también encontró que Israel Cavazos Garza, quien fuera el historiador “oficial” de Nuevo León, publicó abundantemente y negó con ardor la existencia de anusims (sefarditas) en la región, incluso a los extranjeros que se lo preguntaron. Sin embargo, Schulamith C. Halevy conoció también las opiniones sobre el tema que Cavazos conservaba sólo para “el círculo íntimo”, por las frecuentes citas que le hacían sobre esto sus muchos amigos de Monterrey (p. 24).
Este investigador, como extranjero que es, no tiene inconveniente en comentar como se “escriben” por acá las historias oficiales (sobre pedido o al gusto del cliente), y da, entre otros, ejemplos de incidentes ocurridos a Eugenio del Hoyo (p. 20), el discípulo de éste, Ricardo Elizondo Elizondo (p. 24), y a David Raphael (p. 24). Relata que una vez en la que del Hoyo reportó en una conferencia los datos que encontró sobre la ubicación original de Monterrey, después de la misma unos "tipos" de la localidad lo invitaron a comer y le preguntaron cuánto quería por cambiar la ubicación señalada. Por su parte, Ricardo Elizondo Elizondo escribió en 1987 un libro titulado “Los Sefarditas en Nuevo León, Reminiscencias en el Folklore”, por lo que fue atacado en forma virulenta por la comunidad nuevoleonesa, aunque el libro había sido publicado por el Archivo. Cuando David Raphael regresó de los Estados Unidos a Marín, N. L., su pueblo natal, para investigar sobre su origen para el libro “The Conquistadores and Crypto-Jews of Monterrey”, también se le negó el acceso a los archivos, y además sufrió la "desaparición" de documentos que ya tenía.
Del fruto comamos la pulpa y tiremos la cáscara.
Los Censores
El tener censores y filtros en los archivos no ha sido la única forma en la que los “guías espirituales” de Nuevo León (depredadores ambientales y sociales) han tratado de defender la “pureza de pensamiento” de los nuevoleoneses.
Recordemos que poco después de que principiara la colonización del Nuevo Reino de León la familia Carvajal y de la Cueva fue procesada por la “Santa Inquisición” o “Santo Oficio”, y desde entonces no han faltado herejes relapsos impenitentes que se nieguen a ir al “cielo” que se les ofrece e imiten al memorable judaizante Tomás Treviño (o Tremiño), quien se dice que en l649 al estar ardiendo vivo en la hoguera gritó a sus verdugos: “¡Échenle más leña, que mi dinero me está costando!”,(Schulamith C. Halevy, p. 43), pues en esos casos se confiscaban los bienes del condenado “para mayor gloria de Dios” (¿todavía nos tragamos el cuento de que la Reina Isabel la Católica “empeñó sus joyas”, a unos judíos que expulsó de Castilla, para costear los viajes de Colón?). Hasta la fecha buena parte de la población nuevoleonesa controla en público sus creencias, y prácticas religiosas, por temor a la "Santa Inquisición".
Irma Salinas Rocha publicó en Monterrey su libro “Nostro Grupo”, por los años setentas del siglo pasado, el cual le fue confiscado, pero lo volvió a imprimir y se estuvo vendiendo en forma clandestina hasta que lo pudo poner al alcance de sus lectores mediante internet.
El 23 de septiembre de 2019 el diputado federal Gerardo Fernández Noroña y el historiador Pedro Salmerón Sanginés publicaron en sus redes sociales un comentario sobre “unos jóvenes valientes”, lo que provocó que algunos de los miembros del Congreso de Nuevo León (PRIAN), para quedar bien con sus patrones poseedores de la verdad única e indivisible, se rasgaran las vestiduras y los declararan “persona non grata” en el Estado; pero el juez federal Miguel Ángel Luna García dictaminó que ese acuerdo del Congreso local contravenía el artículo sexto constitucional federal, pues no existe norma alguna que les permita hacerlo (tal vez los legisladores locales consideraron que ellos sólo estaban para redactar las leyes estatales, no para conocer y acatar las federales). Al año siguiente el diputado federal Fernández Noroña se placeó tranquilamente por Monterrey sin que hubiera más dramas, el historiador Salmerón Sanginés simplemente ignoró a las plañideras que velan por “los más altos intereses” del pueblo de Nuevo León, desentendiéndose de los problemas de escasez de agua, contaminación, transporte y violencia en el Estado.
En el caso de Iturbide sólo nos queda especular cuál fue el propósito del Cronista y de las autoridades locales al publicar como rompecabezas datos de documentos del AGENL: ¿Se trató sólo de justificar el gasto de un presupuesto disponible, nada más desgana por saber de antemano que estaban destinados a una población con baja comprensión lectora, o fue deliberado para impedir que los habitantes de ese Municipio puedan conocer su historia e identidad?.
Esta última opción es práctica común entre la clase socioeconómica alta de Monterrey, que mantiene la “mística” de algunos de los capitanes de industria: lo que no pueda traducirse en ganancia de pesos y centavos para mí, es inútil. La próxima vez que el lector esté por la Sultana del Norte trate de localizar las construcciones coloniales del convento de San Francisco o el Colegio de los Jesuitas, la casa en que nació Alfonso Reyes o donde vivieron Gonzalitos, Zaragoza, etc. Si tiene la esperanza de verlos convertidos en oficinas de la administración pública, museos, bibliotecas o escuelas, como sucedió en otras partes del país con ese tipo de monumentos, le advertimos que cuando mucho encontrará algunas placas metálicas de 30 por 50 centímetros, donde se informa del hecho histórico, colocadas en las paredes exteriores de abarroteras, mercados o similares (el máximo valor de las élites regiomontanas es el económico).
FECHA DE ACTUALIZACION
Junio de 2022
DESARROLLO Y ADMINISTRACION
Torres de la Peña
y
De la Peña Torres
[ A ] [ B >
[ A ] [ B >