Una Propuesta

  “Insted of letting the experts do the thinking for us,

            how about doing the thinking for ourselves?”

                                             Joanny/Johnny Smith

Qué tal si pensamos por nosotros mismos en lugar de dejar que los expertos lo hagan por nosotros.

                                              Juanita/Juanín Pérez

En la sección “Puuuros Cuentos Chinos” de Nostalgia (www.iturbide.nl), incluimos una serie de ligas a canciones, películas, cursos o textos en inglés y en español. Aquí usaremos parte de ellos para ejemplificar como podemos aprovechar, por nuestra cuenta, algunos de los principios de la Psicología del Aprendizaje para incrementar nuestro vocabulario en la lengua materna o aprender otras. Tengamos presente que habrá que adoptar y adaptar dichos principios dependiendo del momento en que estemos y el nivel en que vayamos en el proceso.

En Psicología se define al aprendizaje como un cambio relativamente permanente de la conducta debido a la experiencia. Esta definición deja claro que cambios conductuales debidos a otros factores, tales como la maduración biológica, daños orgánicos, intoxicación, etc. no son originados por el aprendizaje. Además, los cambios generados por éste último pueden ser más o menos reversible, por ejemplo mediante el olvido o desuso de lo aprendido.

Los objetivos a que conduce el aprendizaje algunas veces serán obvios y otras ocultos (explícitos o implícitos) hasta para quien aprenda, sin importar que el aprendizaje tenga lugar en una situación formal (escolarizada) o informal (familia, amigos, etc.). En ocasiones los fines de estas dos últimas formas de enseñanza podrán coincidir, en otras estarán en oposición, p. ej.: el seguir las órdenes de la autoridad familiar, escolar, etc. y la búsqueda de independencia necesaria para adoptar las normas del grupo de compañeros, amigos, pandilla, etc. a fin de ser aceptados y obtener su aprobación.

Como en nuestra cultura es deseable, por lo menos en teoría, que las personas adultas tomen sus propias decisiones y no dependan siempre de lo que otros dispongan, es necesario que promovamos el que los individuos desarrollen la capacidad de aprendizaje autónomo, autorregulado o autodirigido desde antes de que alcancen su madurez.

El aprendizaje autónomo se refiere a que las personas puedan elegir, controlar y evaluar el logro de las metas que se propongan, ya sea en el día a día o a largo plazo, así como las alternativas para lograrlas. Es necesario recordar que entre las polaridades de dependencia e independencia personal hay toda una gama de posibilidades, p. ej. las que tiene un bebé recién nacido, que ya camine, cuando hable, que se alimente por sí mismo, indague en forma activa mediante el ensayo y error el uso o funcionamiento de lo que existe en su medio, etc. ¿Cuándo requerirá más de la solidaridad o de la subsidariedad?. Las diferentes alternativas para el aprendizaje no siempre son incompatibles o excluyentes, por lo que habrá que decidir cuándo y hasta qué punto será conveniente el empleo de una u otra, o una combinación de dos o más.

Aunque los seres humanos como especie a lo largo de nuestra historia evolutiva hayamos aprendido gran parte de los conocimientos, habilidades, actitudes y hasta valores y tradiciones por ensayo y error, llega el momento en que tanto para la sociedad como para los individuos es más práctico, en cuanto a tiempo y esfuerzo, el aprenderlos por imitación o mediante las instrucciones directas.

Pese a que pueda haber a quienes les parezca increible, la humanidad no esperó a que algunos de sus miembros tuvieran doctorados en Psicología, Lingüística o Pedagogía para que enseñaran a hablar a las nuevas generaciones, más bien estas profesiones se han desarrollado en los últimos tiempos estudiando cómo tiene lugar la conducta verbal en diferentes medios, para aplicar los procesos o procedimientos ya analizados cuando ésta no se dé de forma espontánea en ellos.

Para que trastos viejos luzcan,

                           lugares nuevos.

A veces nos extrañamos de que apenas hace poco más de siglo y medio existieran en nuestro país muy pocas instituciones dedicadas a la enseñanza de conductas que hoy consideramos “indispensables”, como las escuelas para la enseñanza de la lectoescritura, pero el panorama cambia cuando recordamos que si hoy gran parte de la población de cualquier país pasa parte de sus vidas en esas “fábricas del conocimiento” o “centros de formación” (desde infantes hasta adultos jóvenes), es porque mediante leyes se ha hecho obligatorio debido a factores múltiples: prácticos, sociales, económicos, políticos, religiosos, etc.